Durante el año 1977 se presentaron tres microcomputadoras que dieron origen a una revolución que nos ha dado la sociedad actual, estas máquinas eran:
- Commodore PET 2001 (Enero de 1977)
- Apple II (Junio de 1977)
- TRS-80 Model I (Agosto 1977)
Estas tres computadoras fueron las primeras “computadoras personales” que no se necesitaba un soldador y ciertos conocimientos de electrónica para poder armar y usar. Luego de ellas nada volverá a ser igual.
La prestigiosa y ahora extinta revista “Byte” acuño el término la “trinidad de 1977” para referirse a ellas.
Ninguna de ellas tenía un microprocesador Intel por increíble que parezca. Pero de no haber existido el mercado de los computadores personales de nuestros días no existiría como lo conocemos.
Aunque si bien es cierto que las computadoras como máquinas multifuncionales que pueden cambiar su comportamiento en función al programa que ejecuten existen desde los años 40. Pero no fue sino hasta principios de los años 70 que los avances en la técnica permitieron que todos los elementos de una unidad central de procesamiento (el cerebro de una computadora) pudieran ser integrados en un sólo chip de silicio que recibió el nombre de microprocesador.
Al principio no se sabía muy bien qué hacer con los microprocesadores, el primero construido por Intel (el mítico 4004) fue hecho pensando en ser usado en calculadoras electrónicas. Pero luego las empresas se dieron cuenta que era posible usarlos para hacer algo más que simples calculadoras.
El resultado de la aplicación de los microprocesadores en estas nuevas áreas fueron las primeras computadoras “personales” o microcomputadoras como se les conocía en aquellos días. La primera en aparecer fue el Altair 8800 (basada en el Intel 8080) en enero de 1975, que se vendía como un kit para armar y luego le siguió en noviembre del mismo año el Altair 680 (basada en el microprocesador 6800 de Motorola). Posteriormente en 1976 aparecería el KIM-1 fabricado por MOS Technology que usaba el revolucionariamente super económico 6502.
Bajo esta gran corriente de nuevas microcomputadoras apareció el Apple I diseñado por Steve Wozniak como un kit para armar, que como es de suponer estaba basado sobre el MOS Technology 6502.
Pero todas estas “computadoras personales” requieren cierto conocimiento de electrónica para poder ser ensambladas y usadas. Por lo que no estaban listas para el masivo mercado doméstico. Eran un producto para entusiastas de las electrónica.
Tuvimos que esperar hasta el año 1977 que las fuerzas del libre mercado y la competencia por dominar el nuevo nicho de las microcomputadoras nos trajera la computadora personal como producto terminado, es decir como un electrodoméstico más que no requiere mayor conocimiento que enchufar y usar. Aunque en principio sólo contábamos con el lenguaje BASIC para escribir programas y un limitado catálogo de juegos que pronto explotaría y daría cabida a la industria multimillonaria que conocemos hoy en día.
Pero toda esta revolución ocurrió en un sólo lugar, en los Estados Unidos de América, ¿por qué?
- Era un país con una clase media lo suficientemente rica como para poder pagar el costo de esta tecnología aunque prometedora, bastante experimental y sobre todo cara. Por ejemplo un Apple II inicialmente se vendía a $1,300, que actualizado por inflación serían más de $5,000 actuales.
- Había una industria electrónica bastante potente que producía todo lo necesario para la construcción de este tipo de máquinas. Los principales fabricantes de chips lo hacían localmente.
- Existía el suficiente capital de riesgo, dispuesto a invertir en nuevos productos.
Estas son lecciones que tal vez debemos extraer de la revolución tecnológica digital en la cual nos encontramos. Que para que se pueda desarrollar una nueva tecnología, no sólo es necesario una nueva gran idea, sino fundamentalmente un mercado dispuesto a pagar por la misma.
Los negocios de los Estados Unidos se unieron de forma entusiasta a esta revolución, debido a que conocían los que hacían las computadoras, especialmente las minicomputadoras que durante los 60 y 70 se habían hecho un lugar en las empresas de tamaño medio en los Estados Unidos. Pero los pequeños negocios no tenían los medios para poder adquirirlas, es por ello que al aparecer estas económicas computadoras, fáciles de usar y sobre todo que no requerían la contratación de ingenieros para su mantenimiento y operación, financiaron el rápido cambio tecnológico del cual ahora escuchando este podcast en nuestros smartphones somos herederos directos.